In Memoriam: Don Eugenio Valenzuela Somarriva (1934-2025)

Con profundo pesar, el Tribunal Calificador de Elecciones despide a don Eugenio Valenzuela Somarriva, quien falleció el 11 de julio de 2025 a los 91 años. Su partida deja un vacío en la historia jurídica chilena, pero su legado perdura en las instituciones que ayudó a forjar.

Oriundo de Santiago, donde nació el 5 de abril de 1934, Valenzuela se formó como abogado en la Universidad de Chile, graduándose con tres votos de distinción en 1959. Su carrera reflejó una profunda vocación por lo público, iniciándose en el Consejo de Defensa del Estado antes de consagrarse como figura fundamental de la justicia constitucional.

Durante diecisiete años —récord en la historia del Tribunal Constitucional— ejerció como ministro en dos períodos cruciales: primero entre 1981 y 1989, y luego entre 1997 y 2006. Su magistratura se caracterizó por una ecuanimidad y rigor técnico que trascendieron épocas y contextos políticos. Como señaló la ex presidenta del Tribunal Constitucional, Marisol Peña, en el libro “Grandes Jueces Chilenos”, Valenzuela destacó por su capacidad para delinear con precisión instituciones constitucionales complejas, siempre desde una interpretación finalista que privilegiaba los valores democráticos sobre el formalismo.

El legado que definió nuestra democracia

Entre sus numerosas contribuciones, brilla con luz propia la sentencia Rol N° 33-1985, redactada por Valenzuela en septiembre de 1985. Este fallo, que examinaba la constitucionalidad de la ley orgánica del Tribunal Calificador de Elecciones, se convertiría en piedra angular de nuestra transición democrática.

Frente a un debate jurídico que amenazaba con postergar la vigencia del Tribunal Calificador de Elecciones, Valenzuela lideró una interpretación audaz que trascendió la literalidad de los textos. Argumentó que la Constitución debía entenderse como un todo orgánico, donde la existencia del Tribunal Calificador de Elecciones era indispensable para garantizar la legitimidad de todos los procesos plebiscitarios, no solo las elecciones parlamentarias.

“Una interpretación rígida anularía principios esenciales de nuestra democracia”

Su razonamiento, que finalmente prevaleció por cuatro votos contra tres, estableció que el Tribunal Calificador de Elecciones debía operar antes de los primeros comicios legislativos para supervisar los plebiscitos previstos en la transición. Esta visión previsora resultaría determinante tres años después, cuando el Tribunal Calificador de Elecciones pudo garantizar la integridad del plebiscito de 1988, sentando las bases del retorno a la democracia.

El arte de interpretar la Constitución

Valenzuela cultivó un método jurisprudencial que combinaba el respeto por el texto constitucional con la comprensión de su espíritu democrático. En cada fallo, demostró que la verdadera sabiduría jurídica reside en equilibrar tres dimensiones:

  • La precisión técnica para delimitar instituciones;
  • La visión sistemática que articula normas dispersas;
  • La objetividad que evita imponer valores personales.

Adiós a un arquitecto institucional

Hoy, al recordar a don Eugenio Valenzuela Somarriva, este Tribunal honra a un hombre que entendió como pocos que las normas no son fines en sí mismas, sino herramientas al servicio de la convivencia democrática. Su legado vive en cada proceso electoral que calificamos con independencia y en cada decisión donde priman los valores republicanos sobre intereses circunstanciales.

Acompañamos en su duelo a familiares, amigos y colegas, seguros que su ejemplo seguirá inspirando a las futuras generaciones de servidores públicos.

Que descanse en paz.